La comunidad internacional se reunió en Bruselas para una conferencia de vital importancia, la atención a la ola de migración venezolana que, según ACNUR, ya sobrepasa los 7,2 millones de personas. Esta última cita tuvo noticias nuevas, la más resaltante, se recaudó menos dinero que en encuentros anteriores, pero también se habló de pensar de manera estratégica en el futuro.
Así lo piensa la activista por los derechos humanos Ligia Bolívar, quien explicó en la cuenta @migramonitor que para esta oportunidad, la Conferencia Internacional en Solidaridad con los Refugiados y Migrantes Venezolanos tuvo menos jefes de Estado y menos dinero recaudado por parte de los donantes, esto producto de varios factores.
“Esta vez hubo menos recursos que en conferencias anteriores, también acudieron menos jefes de Estado a pesar de que duró dos días y era presencial, lo que no se pudo antes por tema pandemia. Pero esa presencia física no contribuyó a una atención mayor y una promesa de desembolso más grande por parte de los gobiernos”.
Según el portal español El País, el total de lo recaudado fue 807 millones de euros de los cuales 496 millones serán subvenciones y 311 en forma de préstamos. “No hemos olvidado esta crisis persistente. Lo importante es mantener la visibilidad de esta crisis, mostrar que no hemos olvidado las necesidades humanitarias”, dijo el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic.
Bolívar puntualizó varios factores que incidieron en la cantidad recaudada. “El hecho es que tanto en Venezuela como en los países donantes se transita por una contracción económica postpandemia y una guerra en Ucrania que afecta en el tema de los granos, el pan y la energía de combustibles fósiles, eso causa que hayan menos recursos disponibles para la solidaridad internacional”.
Precisamente la invasión rusa a Ucrania ha llevado al mundo a tener que atender otro frente. “Suena feo que lo diga, pero es así, el apoyo a la migración venezolana ahora compite con la situación en Ucrania, pero también hemos visto que la crisis en nuestro país comienza a normalizarse. Es lo que se observa, que ya no causa tanto escándalo y la alarma de los primeros años, eso hace que haya una menor acción”.
Pero las necesidades de apoyo siguen siendo las mismas de cuando el fenómeno migratorio comenzó. Según datos del Observatorio de la Diáspora, para finales del año pasado la cifra de migrantes venezolanos alcanzó los 7,5 millones y continúa creciendo como consecuencia de la crisis política y económica que atraviesa el país.
“Los migrantes venezolanos necesitan apoyo y eso pasa porque los países asuman que la misma no será temporal, sino que llegó para quedarse. Si bien en esta oportunidad se recaudó menos dinero hubo espacio para pensar de manera estratégica hacia el futuro. En la medida que los países acepten que es una situación a largo plazo entenderán que el apoyo va más allá del kit de higiene”.
La defensora de derechos humanos destacó que la vocación de permanencia de la migración venezolana en los países de acogida es mayor ahora que hace tres años. “La población declara su voluntad de permanecer en los países donde están por lo que la realidad de esas naciones seguirá vigente y los mismos tendrán que brindar recepción e integración porque esos migrantes no van a volver a su país”.