He aquí una gran manera de no pegarse una etiqueta simplona y reduccionista: ¿Mari, cómo describes el tipo de música que haces?
-Es un tipo de música “interesante”… Psycho, no puedes esperar nada porque cuando me pongo a trabajar ni siquiera yo sé lo que va a salir, lo dejo fluir. Hago una música que me parece que propone algo y con la que me identifico.
Hasta ahora son cinco los temas que Mari –alias “Mari La Carajita”- ha lanzado desde mediados del año pasado: Todo mal, Artesano, 4 Favores, Desleal y Cuchi. Y asegura que tiene un listado como para armar dos discos de un solo viaje. Pero lleva las cosas con calma.
-Tenemos muchísima música, pero quiero sacar las canciones que sienta que realmente merecen salir.
Con Mari queda claro algo casi de inmediato: ella lleva las riendas de su proceso, no la inventó un productor, no salió de la nada como un experimento para buscar fama inmediata: va paso a paso. Pero a veces ocurren cosas que no puedes controlar y lo que menos piensas, acelera los planes: grabas un video muy sencillo, casi por aburrimiento, lo subes a TikTok, lo compartes en tuiter y ocurre el milagro de la multiplicación de tu público y eso que para muchos es casi un vicio: la viralidad.
¿Pa’ to esos qué?
Pasó con Cuchi –en el que participa Yunglian Mediocre Broke Boi (Julián Martínez)-, un prolongado momento de “locura” y de preguntarse: ¿de dónde salió esto?A mí no me falta corashe, me faltan lucas…
-Tenía la idea de la canción y del beat. Monté un extracto en mis historias de Instagram y apareció Yunglian, a quien yo no conocía… Yo soy de Cumaná, no conozco a casi nadie de la movida musical, apenas tenía 3 mil seguidores, y entonces salta él y me dice: “me gusta, pásamelo”.
El tema, con una letra explícita, divertidamente desvergonzada y en conexión lúdica con un beat más cercano al house, fue liberado en diciembre. Para entonces, 4 Favores era la canción más conocida de Mari, con aires urbanos y atmósfera pop. Hasta que se le ocurrió grabarse para TikTok mientras visitaba un vivero con sus padres y le montó su Cuchi de fondo.
-Publiqué el video y luego me quedé sin pila en el celular. Horas más tarde vi lo que pasó. Me agarró de sorpresa… No lo esperaba, pero si llegó, bienvenido sea. Yo hago la música que quiero y porque quiero hacerla, no por plata, ni por views. Y creo que la gente conecta con la autenticidad. Con Cuchi se rompió el esquema: esa soy yo también.
Por todas partes aumentaron los seguidores, las vistas, las reproducciones y los ¿quién es esa? Y tras el “descubrimiento” hay ganas de más y de verla ya en alguna tarima.
-Durante este primer año, queríamos dar a conocer el proyecto. Ahora el boom podría acelerar la idea de salir a tocar en vivo, pero quiero editar más canciones, tener un repertorio más amplio.
-¿Sientes presión ahora para hacer más temas al estilo deCuchi?
-No me siento presionada por nada de lo que está pasando. Yo voy a seguir haciendo lo que amo hacer: música. Hay otras canciones que no tienen que ver con Cuchi y otras puede que sí, pero creo que en la medida en que siga siendo fiel a lo que hago, la gente va a seguir conectando. El público conecta cuando ve que el artista disfruta lo que hace. Este mes de abril estreno una canción que creo que es de las mejores que he hecho. Me encanta, es una canción que propone algo. Ya la gente decidirá si conecta o no, pero yo siento que hice lo mío.
-¿Y hay disco en planes?
-Está en el proyecto desde antes de lanzar Cuchi. Ahora que nos escuchan más, tenemos buenas excusas para soltar ese lote de canciones que representan lo que soy. Tengo dos estrenos en agenda y ahí luego veremos si hacemos el disco.
Lo hermoso
María Virginia Centeno acude a veces al plural porque en esto ya no está sola: la respalda la firma de manejo de talento 421 Entertainment -la misma de Noreh y Yunglian- que decidió apostar a ella luego de ver algunos demos en Instagram.
Para cuando ocurrió este encuentro ya “la carajita” había recorrido un buen trecho en su Cumaná. Hoy tiene 24 años y a los 8 tocaba tan bien el cuatro que no tardó en participar en festivales estudiantiles y en algunos pueblos del estado Sucre y hasta viajó a Caracas a tocar. Con las mismas ganas le entró a la guitarra y aprendió un poco de percusión, pero poder cantar era todo.
Así que cantó. Más o menos cerca de los 14 años tuvo la gran revelación: se anotó en un concurso de canto en Cumaná que estaba organizado en diferentes galas temáticas que la llevaron a cantar versiones de música llanera, rancheras, pop… Y quedó en el segundo lugar.
-Era una María Virginia antes de eso y otra después. Yo era muy reservada y hasta insegura, pero allí vi cómo la gente conectaba con lo que estaba haciendo y a partir de entonces tuve más seguridad y confianza en mí misma y un interés más enfocado en lo que quería hacer, que era cantar.
Estudió algunos años de canto lírico en la academia local de Germán Segura y obtuvo –en 2022- su título de Comunicación Social en la Universidad Católica Santa Rosa muy cerca del lanzamiento de 4 Favores.
Antes de eso, Mari cantó versiones matando tigres en locales de Cumaná, también hizo actividades vinculadas a sus estudios de comunicación, cosas como manejo de redes, marketing, fotografía gastronómica, cortos informativos…
-Pero siempre sentí que hacía esas cosas por obligación, que no estaba completa. No era feliz. Así que decidí invertir en lo que quería hacer. En 2019 renuncié a mi trabajo y empecé a tocar en restaurantes. Lo que ganaba lo ahorraba porque el plan era utilizarlo para pagar a un productor y grabar un buen demo. Hasta que un día, en Lechería, pude hablar con Noreh y él me dio el mejor consejo: “en lugar de pagarle a un productor, aprende a producir tú misma”.
Lo que hizo fue comprar sus propios equipos y arrancar un proceso de formación autodidacta con tutoriales, leyendo aquí, preguntando allá y en algún momento comenzó a grabar sus temas y desarrollar un sonido propio.
De allí surgieron covers y demos, algunos fueron directo a Instagram, otros quedaron guardados. El primer tema propio que grabó está hoy en una carpeta: Bad Bunny, se llama. Y ahí se va a quedar porque siente que le tiene “otro tipo de amor”, que “no es para caminar con ella hoy”. Ya no es la misma, es otro el color de la Mari de ahora.
Haisam Haidar, de 421 Entertainment detectó el potencial en los demos que sí llegaron a la red.
-Alguien le hizo llegar mi perfil a Haisam… Ha sido un guía para mí. Llegó con la intención de respetar mi trabajo y me propuso “vamos a llevar lo que estás haciendo hacia el siguiente paso”. Él respeta mi arte y yo respeto su gestión. Esa ha sido siempre la premisa. Ser productora y cantante te permite tener un criterio más amplio a la hora de crear tu arte y además puedes ser completamente libre para crear. Yo he producido todos mis temas, excepto uno. Mejoré mis herramientas, mis habilidades. Todo se ha grabado en mi cuarto, incluso los instrumentos, las guitarras. Nunca me han impuesto trabajar con otro productor. Y eso es hermoso.