MSF acerca la atención médica a comunidades indígenas del Amazonas


Laura* pertenece a la población indígena jivi, la etnia predominante del Amazonas venezolano. Cuando una mañana comenzó a tener contracciones, personas de su comunidad se alistaron para ayudarla a dar a luz. Además de realizar rituales tradicionales, las creencias de su tribu establecen que el embarazo sea controlado únicamente por los parteros del pueblo y que el alumbramiento sea atendido por las personas mayores de la comunidad o las que tengan experiencia trayendo al mundo a otros niños de la misma etnia.

Laura tiene solo 13 años. Venezuela es uno de los países con mayor tasa de embarazo adolescente de América Latina (UNPFA) y aunque actualmente la mayoría de mujeres donde MSF está presente en Amazonas no acuden a chequeos prenatales, 16% de las consultas que la organización atiende en el estado corresponden a menores de edad. Además, muchas de las mujeres de poco más 20 años que acuden a consultas prenatales van a chequear su tercero o cuarto embarazo. Es por esto que parte del trabajo del equipo de promoción de la salud de MSF se centra en compartir información sobre las posibles complicaciones del embarazo adolescente e infantil, como por ejemplo eclampsia, endometritis puerperal, infecciones sistémicas, parto prematuro o estado neonatal grave.

Una vez iniciado su trabajo de parto, Laura bebió los brebajes usuales y recibió los rezos del chamán de su comunidad. Todo siguiendo al pie de la letra la tradición jivi que se aplica cada vez que una mujer va a dar a luz. Sin embargo, pasaban las horas y Laura no dilataba lo suficiente. Por el contrario, comenzó a descompensarse y fue evidente que requería atención médica. Fue entonces cuando pese a todas las dificultades de movilidad propias de la zona remota donde estaba, decidieron trasladarla hasta la maternidad de Puerto Ayacucho, la capital del estado Amazonas, ubicada a una hora aproximada de distancia.

Allí Laura dio a luz a un niño hermoso y saludable.

Hoy, ella y su familia reflexionan sobre todo lo que hubiese podido salir mal si ese día no recibía asistencia médica inmediata. También sobre todo lo que pudo haber salido mejor si hubiesen acudido al ambulatorio de la zona a hacer control de su gestación y Laura hubiese tenido previsto dar a luz con apoyo médico especializado.

En el ambulatorio de Samariapo, situado a unos 70 kilómetros de la capital amazonense, la organización médico humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) comenzó a trabajar en marzo de 2022, para apoyar a las autoridades locales en el fortalecimiento del sistema de salud de la zona. Primero con rehabilitaciones de la estructura y acondicionamiento en el área de agua y saneamiento y luego, a través de dotaciones de insumos y medicamentos y entrenamientos al personal médico y no médico de la comunidad.

Poco a poco el funcionamiento del ambulatorio se ha dado a conocer en las comunidades aledañas, y aunque culturalmente muchos pobladores suelen recurrir en primera instancia a la medicina tradicional, cada vez llegan más pacientes en busca de atención médica primaria.

“Aquí estamos acostumbrados a dar a luz como nos enseñaron los nuestros, pero después del susto que pasamos, creemos que es mejor que las jóvenes también acudan al centro médico para que se controlen”, dice Carmen*, la madre de Laura, quien ahora es una de las principales promotoras de la importancia del monitoreo del embarazo.

Los equipos de promoción de salud juegan un rol fundamental para dar a conocer los servicios del ambulatorio de Samariapo. En los últimos meses han estado dando charlas en comunidades rurales para sensibilizar a las personas en temas relacionados con la salud como, por ejemplo, el manejo seguro del agua, la salud sexual y reproductiva, la planificación familiar, las enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión y el acceso oportuno a servicios y tratamientos médicos. Durante el año 2022, en conjunto con el Ministerio de Salud, los equipos de promoción de salud han realizado 25 sensibilizaciones en comunidades del noroeste de Amazonas y ha sensibilizado a 559 personas. Adicionalmente, MSF ha apoyado la realización de 35.561 consultas de atención primaria y 3.950 de salud sexual y reproductiva.

“Muchas comunidades indígenas ven ciertos procesos de la salud como un tabú y no van a los centros médicos sino hasta el momento de una emergencia. Por esto hay que promover la importancia de acudir al médico de modo regular y oportuno”, explica María Covo, supervisora de promoción de salud de MSF. El gran reto que los equipos médicos tienen por delante es brindar atención médica de calidad, entendiendo y respetando las creencias y tradiciones culturales de las poblaciones indígenas de la zona.

Médicos Sin Fronteras trabaja en el estado Amazonas desde el año 2019 y actualmente tiene actividades en los ambulatorios urbanos de El Escondido y San Enrique y en los ambulatorios rurales de Samariapo e Isla Ratón, al sur de Puerto Ayacucho. En el 2022, la organización donó 962.164 medicamentos y 790.277 artículos médicos a los centros de salud donde tiene presencia en el estado.

*Los nombres han sido modificados para resguardar la privacidad de las personas



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