Si durante los últimos años te resististe a obedecer a la Real Academia Española y no le quitaste la tilde a sólo (cuando significaba «solamente»)… ¡estabas en lo correcto! Después de 13 años, la RAE se la ha vuelto a poner, lo que es un reconocimiento tácito de que no son infalibles.
Solo, sin tilde, significa algo que está sin compañía. Sólo, con tilde, es sinónimo de «solamente». El cambio se incluirá en el la nueva edición del Diccionario Panhispánico de Dudas.
Por ejemplo, lo correcto ahora es escribir «No te quedaste solo. Sólo es que no nos ves» en vez de «No te quedaste solo. Solo es que no nos ves», como pretendió la RAE durante estos 13 años.
Al conocer la decisión, el escritor y académico Arturo Pérez Reverte escribió en su cuenta de Twitter: «A veces se ganan viejas batallas», según reseñó el diario El País. Sin embargo, la RAE no se atreve a rectificar por completo y solo admite un cambio de redacción en la norma.
“No ha cambiado la norma, sino que se ha aprobado una redacción más clara”, dijo el también académico Salvador Gutiérrez Ordóñez, director de la Ortografía de la Lengua Española y del Diccionario Panhispánico de Dudas.
Debe ser uno de los «sí (con tilde) pero no» más bien redactados de la historia.
No es sólo «sólo»
No es sólo sólo (vaya juego de palabras) el único vocablo que recupera la tilde arrebatada. El consejo académico de la RAE se lo devolvió a los pronombres ésta y ésa, incluidos sus masculinos y plurales, si «a juicio del que escribe» pueda haber confusión si no se acentúa.
Aún no han anunciado si también se acentuarán algunos monosílabos cuando tengan dos acepciones, como es el caso de te o té (la infusión) o tú (pronombre) o tu (posesivo). Por ejemplo, debería ser: «Oye tú, toma tu móvil».
En 2010, recordó el diario El Mundo, la RAE le quitó la tilde a sólo, éste, ésta, ésa y éste, argumentando que quería «simplificar la norma», lo que generó muchas críticas y protestas.
Entre quienes renegaron de la norma que desaparecía la tilde a «sólo» estaban escritores de la talla del propio Pérez Reverte, Mario Vargas Llosa, Javier Marías y Antonio Muñoz Molina.
A veces una gran victoria puede representarse como una pequeña tilde.
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