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Un año después de que estallara la guerra en Ucrania, China sigue manteniendo una postura ambigua: por una parte, pide respeto para “la integridad territorial de todos los países”, incluido Ucrania, pero, por otra, pide atención para las “legítimas preocupaciones de todos los países”, en referencia a Rusia.
Sin embargo la posición china esconde, según algunos analistas, sus intenciones de salvaguardar los intereses que comparte con Moscú, mostrarse como fuerza de paz, mantener a raya a Estados Unidos y, al mismo tiempo, seguir haciendo negocios con Occidente.
UNA AMISTAD “SIN LÍMITES”
Apenas una semana antes de que estallara la guerra, los presidentes de ambos países, el chino Xi Jinping y el ruso Vladímir Putin, se comprometieron en Pekín a una relación de amistad “sin límites”.
Los fuertes vínculos comerciales y la desconfianza de ambos respecto a Occidente han mantenido esta sociedad “sólida como una roca” frente a las presiones internacionales, en palabras de Wang Yi, máximo responsable de la política exterior china.
“China ha desarrollado su relación con Rusia en base a intereses estratégicos. No va a profundizar más esos lazos para satisfacer a Rusia (como enviar armamento a Moscú), pero tampoco los va a cortar para satisfacer a Occidente. Esa es la apuesta china”, comenta la académica Yun Sun, del Stimson Center, al diario South China Morning Post.
CHINA, ¿MEDIADORA?
Durante su última gira por Europa, Wang Yi, aseguró que China hará más “esfuerzos” para lograr la paz, y que Ucrania y Moscú deberían iniciar negociaciones directas para lograr un acuerdo político.
Sin embargo, recalcó que el conflicto “no se va a resolver con soluciones simples” y que “hay que pensar en un marco de trabajo”.
El país asiático también ha anunciado que presentará un plan de paz y, aunque muchos esperan que actúe como mediador, los analistas no creen que tenga la intención de tomar pasos concretos a menos que Moscú y Kiev estén realmente dispuestos a hablar.
“Hasta que China tenga claro que Rusia está lista para dialogar, no creo que Xi dé pasos para, por ejemplo, reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky. China no tiene prisa”, opina el experto Zhao Long, del Instituto de Shanghái para Estudios Internacionales.
LAS LÍNEAS ROJAS DE CHINA
Hace un año, China se negó a condenar la invasión rusa en Naciones Unidas y se opuso a la imposición de sanciones unilaterales contra Rusia, pero los analistas destacan que Xi expresara “preocupaciones” a Putin en persona durante la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái el pasado septiembre.
A esto hay que unir la postura china, reiterada por Wang Yi en Múnich, de que Pekín se opone a “guerras nucleares” o a “ataques a instalaciones nucleares” para “evitar catástrofes”.
“De la misma manera, debemos oponernos al uso de armas biológicas bajo ninguna circunstancia”, dijo, en referencia a lo que parecen ser las líneas rojas de Pekín sobre el conflicto.
DE FONDO, ESTADOS UNIDOS
Según Jean-Pierre Cabestan, profesor emérito de ciencias políticas en la Universidad Bautista de Hong Kong, China quiere que la guerra termine pronto, pero “Pekín no permitirá que eso suceda a expensas de que Rusia sea aniquilada por Occidente”.
“La relación entre Pekín y Moscú seguirá siendo fuerte por un motivo: se basa en su oposición a las alianzas que lidera Estados Unidos”, indica el académico.
Al hablar de Ucrania, los funcionarios chinos también reiteran que EE. UU. “inflama” el conflicto enviando armas a Ucrania, y no pierden ocasión de denunciar la “hegemonía” de Washington, la verdadera obsesión de Pekín.
CHINA, EN SU PROPIO DILEMA
Los académicos chinos insisten en que China busca construir un marco de relaciones entre las principales potencias en el que reine “la estabilidad y un desarrollo equilibrado”, mientras que Cabestan incide en que China quiere demostrar que es “una fuerza de paz”.
“Se contendrán a la hora de criticar a Putin y compartirán con él sus críticas hacia Occidente, especialmente la OTAN y Estados Unidos”, indica.
Entretanto, China, que está saliendo de tres años de aislamiento por la estrategia del “covid cero”, tiene su propia agenda, que pasa por revitalizar su economía y el comercio con EE. UU. y Europa: “China no va a dañar sus propios intereses por una guerra que ocurra en una región tan alejada de su territorio”, apunta Cabasten.
EFE