Las relaciones entre EEUU y China se han deteriorado en los últimos meses hasta el punto de que el incidente del globo «espía» chino derribado el sábado hizo que el viaje del jefe de la diplomacia estadounidense a Pekín se pospusiera. Estados Unidos había apostado mucho por el viaje de Anthony Blinken, con la esperanza de encontrar puntos en común con los chinos y asegurarse de que la competencia bilateral no se convierta en un conflicto.
Sin embargo, el incidente del globo «espía» demostró cuán plagado de dificultades está el camino para el acercamiento a Pekín. El gobierno demócrata ha destacado las posibilidades de cooperación con Pekín, pero los republicanos han denunciado la «debilidad» del gobierno.
Las tensiones entre ambas potencias abarcan desde Taiwán hasta los derechos humanos, pasando por el dominio chino en el campo de los semiconductores. Para los estadounidenses, la pregunta es si el cambio de tono visto en China significaría que Pekín se comportaría de manera diferente en todo el mundo, o si el incidente del globo corre el riesgo de retrasar el proceso iniciado en Bali.
Además, el incidente dio a China la capacidad de mapear mejor los silos de misiles balísticos intercontinentales de Estados Unidos para objetivos futuros y medir la respuesta de Washington, lo que da testimonio de que en Pekín se piensa de manera descarada que el Partido Comunista Chino puede. Queda por ver si el incidente no es el signo de una peligrosa escalada por parte de China.